En la versión española de la película South Park- que se ceba extraordinariamente con los canadienses- una de las canciones tiene una estrofa que dice «Ni si quiera son un país de verdad», que viene a reírse de uno de los puntos claves de este país: el hecho de englobar una comunidad enteramente anglófona en la gran mayoría del país y enteramente francófona en la región de Quebec. El bilingüismo en Canadá es uno de los aspectos fundamentales de un país que, en varias ocasiones, ha estado a punto de ver como se dividía en dos.
Las instituciones, servicios públicos y comunicaciones estatales son bilingües en Canadá en absolutamente todas las regiones del país. Independientemente de cual sea tu lugar de residencia, las comunicaciones del estado (desde declaraciones de impuestos hasta los documentos personales) llegan en formato bilingüe inglés-francés. En cualquier oficina estatal puedes solicitar que se te atienda en francés o en inglés y, si el funcionario correspondiente no puede hacerlo, te debe enviar a uno que sí pueda tratar contigo en el idioma elegido.
No obstante, eso sólo se aplica a las instituciones estatales, ya que las provinciales -con la excepción de la única provincia de Canadá bilingüe oficialmente, New Brunswick– utilizarán únicamente el idioma oficial en cada una de ellas.
El bilingüismo en Canadá también puede apreciarse en cualquier supermercado, donde las etiquetas de los productos en venta están escritas en ambos idiomas (no así los carteles del establecimiento).
El hecho de que Canadá sea un país bilingüe supone también la existencia de leyes comerciales relacionadas con los idiomas. Una popular cadena de ropa establecida únicamente en la parte anglófona de Canadá no pudo vender durante algún tiempo por Internet por no haber traducido los contenidos de su portal al francés. También conocí el caso de una persona que quiso vender un coche estadounidense en Canadá y tuvo que gastarse mucho dinero en una homologación que incluía, entre otros requisitos, rotulación bilingüe de algunos elementos mecánicos.
Francés en Canadá en la práctica
Sin embargo, en la práctica son de las pocas cosas realmente bilingües en todo el territorio canadiense. Es posible ver un cartel en francés en la aduana del aeropuerto de Vancouver, pero -aunque oficialmente los funcionarios deben conocer ambos idiomas- es difícil encontrar a alguno de ellos que pueda mantener una conversación en un buen nivel de francés. En la calle, ni siquiera eso. El francés en Canadá brilla por su ausencia en la vida diaria de ciudades como Vancouver, Calgary o Toronto. Por su parte, en la región de Quebec el francés es absoluto dominador y es el inglés el que desaparece del paisaje.
A esta separación tan drástica, no obstante, tenemos que excluirle tres excepciones. La primera, y más importante, es la de la provincia de New Brunswick, situada al este de Quebec, que es oficialmente la única provincia bilingüe de Canadá y en la que viven tanto comunidades anglófonas como francófonas.
Las otras dos son la ciudad de Ottawa -la capital del país, situada en la provincia de Ontario a muy pocos kilómetros de la frontera con Quebec-, que por su carácter institucional y fronterizo tiene vida en ambos idiomas (con el inglés dominante) y Montreal, la principal ciudad de Quebec, donde pese a que el francés es la lengua oficial, es posible también hacer desenvolverse en inglés con cierta comodidad.
No obstante, ser bilingües en inglés y francés es una gran ventaja para aquellas personas que quieran trabajar en Canadá. Es mucho más fácil conseguir un empleo si se hablan los dos idiomas que si sólo se habla uno, ya que la competencia por esos empleos se reduce notablemente.
También es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de decidir en qué ciudad de Canadá nos establecemos. Si sólo hablamos inglés, las posibilidades de hacer una vida normal en Quebec son muy escasas -quizá sólo fuera posible en Montreal-. Igualmente, si sólo hablamos francés, no tendremos ningún futuro en la zona anglófona del país.
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