Concurso de comida: Asqueroso

El pasado 13 de octubre, una cadena de restaurantes organizó en pleno centro de Toronto el World Poutine Eating Championship, para coronar a aquel competidor que pudiera comer más cantidad de este típico plato canadiense en menos tiempo. Un concurso de comida que acabó resultando tan hilarante como asqueroso y obsceno.

La poutine es un plato típicamente canadiense -más concretamente originario de la región francófona de Quebec– que consiste en una base de patatas fritas con pedazos de queso y salsa de carne a la que se le añaden diferentes ingredientes. Es una bomba de calorías muy habitual en la oferta de comida rápida de las ciudades canadienses, aunque en ciudades como Montreal algunos restaurantes enmascaran su poca clase original con pretensiones más o menos cumplidas de convertirla en gastronomía. Sea como sea, la poutine es una comida típicamente canadiense y los ciudadanos de este país se sienten muy orgullosos de ella.

poutine

Una poutine bien preparada, en el restaurante La Banquisse de Montreal. Desgraciadamente, no todas tienen este aspecto ni sabor.

Por ello, una cadena canadiense de restaurantes de comida rápida especializados en poutine convocó la segunda edición del World Poutine Eating Championship en Dundas Square, que es algo parecido a la plaza de referencia para la vida social de Toronto. Durante todo el día estuvieron ofreciendo poutine gratis a los visitantes y organizando pequeños concursos y eventos relacionados con este plato.

El concurso de comida

Sin embargo, el momento culminante de la tarde llegó cuando se subieron al escenario principal alrededor de una decena de lo que podríamos llamar «comedores profesionales» para la competición principal del día. Ésta consistía en comer la mayor cantidad de poutine posible en los 10 minutos que duraba la prueba.

Este vídeo del evento que grabamos muestra cómo fue la competición y el desenlace:

La verdad es que parecía que iba a ser una experiencia festiva y divertida cuando los competidores empezaron a subir al escenario presentados por un animador con un sombrero de feria que resultaba tan histérico al micrófono como gracioso. Los participantes hacían algunos ejercicios de calentamiento y ponían caras de concentración similares a las de cualquier deportista.

Concurso de comida

El presentador fue lo único que se salvó del grotesco concurso de comida.

Sin embargo, a partir del momento en el que comenzó la competición, las escenas que empezamos a contemplar en el concurso de comida resultaron bastante desagradables.

consurso comida

Dos participantes del concurso de comida en pleno «esfuerzo».

Los competidores de este concurso de comida empezaron a coger a puñados las patatas fritas de la poutine para llevárselas a la boca, donde empezaban a formarse bolas enormes en las mejillas, mientras la salsa de carne les chorreaba por las manos. El objetivo era meter la mayor cantidad posible de comida en la boca de la manera que fuera. Pero las manos iban siempre más rápidas que la boca y llegaba un momento en el que sólo podían seguir empujando, aplastando lo que tenían dentro y convirtiéndolo todo en un puré que al final acababa saliéndose de la boca y cayendo sobre el envase de la comida que seguían intentando introducirse.

concurso de comida

La mezcla de patatas y salsa resbalaba por la boca de los participantes en forma de una plasta asquerosa.

Los primeros minutos transcurrieron entre la hilaridad e incredulidad del público, tan asombrado como asqueado; pero a medida que iban avanzando los segundos los participantes empezaban a tener serios problemas para mantener el mismo ritmo. El zoom de la cámara mostraba escenas asquerosas en las que de la boca resbalaban por la barbilla pedazos de patata a medio masticar mezclados con salsa de carne y saliva. Las caras de los competidores empezaban a mostrar sufrimiento, las venas se hinchaban y alguno pensaba más en el vómito que en continuar.

El espectáculo de este asqueroso concurso de comida se prolongó durante diez minutos de continua incredulidad por escenas que serían indignas de la mayor parte de animales, hasta que el reloj puso fin al sufrimiento de los competidores.

concurso comida

Un momento del concurso de comida.

Los resultados determinaron que el ganador de este estúpido concurso de comida había logrado comer -es un decir- 19 cajas de poutine de algo menos de 250 gramos cada una. En total, alrededor de 4,5 kilogramos de patatas fritas, queso y salsa de carne en apenas 10 minutos. Para quien tenga curiosidad, el nuevo «Campeón del Mundo» se metió para el cuerpo unas 13.500 calorías y más de 700 gramos de grasa en ese periodo.

Unos «deportistas» que, como nos cuenta este artículo de cnews, tienen entre sus «meritorios» records haber comido 141 piezas de sushi en 6 minutos o haber bebido más de 10 kilos de caldo de salmón en la misma cantidad de tiempo.

Nadie puede negar que hacen un gran esfuerzo para prepararse y competir, pero este concurso de comida es asqueroso. Por mucho que los organizadores intentaran aprovecharla para recaudar fondos para el banco de alimentos, el evento acaba siendo un auténtico desprecio hacia la comida y ofrece imágenes indignas de seres civilizados.

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